Artículos de interésLa Prensa catalana
En
esta sección hemos recogido los datos y opiniones para contrarrestar la
madriditis galopante de los envidiosos. Para comprobar que los errores
no son mayores cuanto más se amplifiquen por los voceros de turno.
CONTADOR
DE ERRORES
ARBITRALES
CÓMO LO VEN EN MADRID
Nuestra opinión:
Laporta y las selecciones: mucho levantar la voz y dar quejas porque los equipos ceden a sus jugadores a las selecciones nacionales, mucha política con el Barça en el día de Cataluña, mucha defensa de los clubes,..., y luego les lame el culo a Villar, a la UEFA y a la FIFA para que beneficien a su equipo (sin olvidar que pertenece a todos estos antros) y encima pide que juegue la selección catalana bolos en jornadas oficiales. ¿Qué quiere, que vayan a su selección los del Gerona y el Reus, o para ese partido si deja a sus fantásticos.
¡Váyase la la merde!
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viernes, 06 mayo 2011
Por Jesús Alcalde
Si te atracan sonríe
La persecución medíatica al Real Madrid en un país en el que más de la mitad de los ciudadanos se confiesa madridista comienza a ser digna de un estudio sociológico. En los últimos días se ha cuestionado el derecho a la queja de un club al que han desvalijado su casa, al que han atracado en plena calle, como si se advirtiera a la víctima de un robo o de un asalto que acudir a denunciar a la policía o elevar una simple queja es una muestra de mala educación y de falta de señorío o de saber estar. En realidad, se le exige al club blanco que ponga buena cara y que espere tranquilo al próximo momento en que le bajarán los pantalones. Por supuesto, todo con una sonrisa deportiva y generosa.
Se ha llegado a comentar que tipos como Iker Casillas, Xabi Alonso, Aitor Karanka e incluso Jorge Valdano, sí, Valdano, ese que como todo el mundo sabe se va todos los días de cañas con su entrenador, han sido lobotomizados por el doctor Mengele Mourinho y se limitan a seguir unas instrucciones precisas a la hora de denunciar la existencia de un golfos apandadores que favorecen a uno y perjudican a otros. La falta de respeto hacia deportistas contrastados y con una marcada personalidad es inversamente proporcional a la perpetua genuflexión antes todo lo que sale desde el Camp Nou. Es casi seguro que si algún día Pep Guardiola o alguno de sus futbolistas tiene la desgracia de atropellar a una anciana en plena calle, habrá quien diga que algo habría hecho la señora. La orquesta de pelotas que bota alrededor del Barça, tanto en Catalunya como en su sucursal de Madrid es tan nutrida como ruidosa.
Por fortuna, el Real Madrid no ha escuchado a todos los que pretenden que ponga la otra mejilla cada vez que sufra los efectos de un continuo ejercicio de presunta prevaricación judicial. Se ha rebelado y el ruido ha llegado hasta la UEFA, que ha preferido embolsarse 70.000 euros para seguir viviendo a todo tren antes que conducir a Mourinho al cadalso con un castigo histórico. En realidad, Mou sólo va a faltar tres partidos de la liguilla, aunque por supuesto, el club blanco piensa recurrir.
Platini es consciente de que un Madrid rodeado por un cordón sanitario es tremendamente peligroso porque podría a arrastrar a otros hasta una disidencia que acabaría con monopolios y privilegios. En ese temor se enmarca el escaso castigo a Pepe, cuya falta al cómico de la legua Daniel Alves, podría haberle acarreado tres partidos si se hubiera calificado como acción violenta. El Madrid y Mourinho han podido hacer muchas cosas mal. Uno, por ejemplo, ha echado de menos a Benzema a lo largo de casi toda la serie de clásicos y por supuesto que sería feliz viendo una idea más ofensiva en el Bernabéu frente a los azulgrana. Pero incluso el más equivocado de los profesionales y el más envidiado y escrutado de los clubes tienen derecho a pedir que no les vejen, a luchar en igualdad de condiciones. Hace años que el sistema está podrido y la refundación está cercana. Se tiene que acabar el tiempo de una organización infiltrada en todos sus estamentos por el inteligente Barça, ese equipo de la cantera con más de 400 millones de euros de presupuesto.